Cuando en el mes de marzo confirmaron la visita de Mitsuo Inoue a Esquel fue toda una revolución y un derroche de alegría. Claro que el compromiso era por demás grande y había que ponerse a trabajar.
Tras la trágica desaparición del Senseis Carlos Kaless, no había en la provincia una persona autorizada a tomar exámenes y hubo que mandar nota a Buenos Aires, más precisamente a la Asociación Argentina de Karate para que ellos mismos designen un examinador.
Y Mitsuo Inoue se designó solo. Hacía más de 10 años que no venía a Esquel y decidió, con su cultura milenaria a cuesta regresar a la ciudad. Vio que este era el momento de apuntalar el trabajo de Jorge Villivar, de Luis Millahuala, de Segundo Llanquel y de todos lo que tienen responsabilidades en esta disciplina milenaria que se practica en la ciudad.
Todo un compromiso que había que asumir y sin dudas todos en Esquel “se pusieron la 10” para que Inoue se sienta como en su casa, como se lo merece.