Eulalio "Coco" Muñoz no asistirá a la Maratón Internacional de Roterdam 2023. De esta forma se desvanece la posibilidad de intentar la marca que le permitiría estar presente en los Juegos Olímpicos de Paris, Francia. Los motivos de la decisión es únicamente la falta de apoyo económico del Estado al deporte en general, lo cual, en este caso, incide directamente en la carrera del deportista nacido en Gualjaina.
La práctica deportiva es un medio indiscutible y probado de inserción social e incidencia en el bienestar individual. Un país con objetivos enfocados en la calidad de vida de sus ciudadanos tiene en el deporte -en su incentivo, desarrollo y apoyo a quienes lo practican- una de sus prioridades; con mayor énfasis si los logros personales son, a su vez, muestra de políticas de Estado y una ventana al mundo del lugar que representa un atleta.
El deporte (especialmente el olimpismo del cual Coco Muñoz es un distinguido representante argentino) pondera valores comunes como la tolerancia, solidaridad y paz. La Carta Olímpica da cuenta de objetivos deportivos “al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana”. ¿Cuánto más tiene que analizar el Estado para apoyar a un atleta que -con esfuerzo propio y de su equipo- recorre un camino de crecimiento e incidencia social?
El Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo a pesar de recibir, de parte Eulalio y su entrenador la planificación de objetivos y, con ello, la necesidad de recursos para lograrlos, propuso variantes en cuanto al lugar de entrenamiento previo a la competencia que, si bien no eran las mejores, fueron aceptadas por el deportista.
A su vez se hizo llegar a la entidad en cuestión requerimientos importantes para llevar a cabo el entrenamiento, lo cual no fue aceptado alegando falta de recursos. No hay que olvidar que se trata de una competencia de alcance mundial por lo que está de más señalar el nivel de la competencia.
La negativa de la entidad nacional puso fin a la posibilidad de participar en la carrera que posibilitaría -si se lograban los objetivos para los cuales estaba trabajando atleta y entrenador- estar presentes en la próxima competencia olímpica.
No se trata solo del sueño de un atleta, ni de sus metas personales; se trata que el Estado amplíe su visión y su capacidad de análisis y no escape a responsabilidades indelegables como educación y salud las cuales son atravesadas por múltiples ejes y políticas, entre ellas, el deporte. Un análisis sesgado lleva a políticas sesgadas.
No obstante, según expresó el entrenador Rodrigo Peláez a medios de comunicación, Coco Muñoz “está bien” tratando de ser positivo y aseguró que no abandonaran el camino elegido; seguirán juntando fondos “de donde sea” y puntualizó que “habrá que hacerlo de nuevo”.
Sin embargo, para el bien común y dado que la función del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo. -de acuerdo a lo publicado por el Mini sterio de Turismo y Deporte- seria ”implementar y desarrollar políticas de alto rendimiento deportivo, a fin de brindar a los atletas los recursos necesarios para entrenarse y capacitarse correctamente” quien debe hacerlo de nuevo es este organismo, administrado por la Secretaría de Deporte de la Nación y el Comité Olímpico Argentino y también la Confederación Argentina de Atletismo que, luego de darse a conocer la decisión del entrenador y atleta, reaccionó con un comunicado tratando de desligar responsabilidades; con ello quedo claro que es parte de la desidia y poco compromiso con la razón social que debe regir su funcionamiento.