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25 de Febrero de 2023
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El caso que conmovió al mundo: “Se va a casar con el asesino de su hermana gemela”

Pasaron 10 años del escándalo de Pico Truncado. Víctor Cingolani estaba preso acusado de matar a Johana, hermana de Edith con quien contrajo matrimonio. El juicio, la cárcel, los huevazos y después, la absolución.

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Por Carlos Guajardo

 

 

Fue noticia nacional y mundial. Ya pasaron 10 años de aquella sorpresiva noticia, más de ficción que de realidad: “Va a casarse con el asesino de su hermana gemela”. La historia recorrió redacciones y canales de televisión. Ocurrió en Pico Truncado, un pueblo petrolero de Santa Cruz, donde se vive más bajo las luces de neón que las del sol. Víctor Cingolani era el novio de Johana Casas, una hermosa joven aspirante a modelo. Tenía una hermana gemela llamada Edith. A Johana la asesinaron de dos balazos el 16 de julio de 2010 en un descampado del pueblo. Su cuerpo fue encontrado por un paseador de perros que recorría el lugar ubicado en una zona conocida como el cordón forestales y a pocos metros de un santuario de la Difunta Correa.

 

 

Cingolani fue el primer sospechoso del crimen y fue detenido. Para ese entonces ya no era el novio de Johana y había comenzado a salir con Edith. Había cambiado una gemela por otra. Fue el único detenido y transportado a la Alcaidía local. El fallo se conoció en junio de 2010. Fue muy impresionante ver en ese entonces a Johana mezclada entre la gente que presenciaba el juicio con una remera pidiendo justicia por su hermana. Ya estaba saliendo con quien, supuestamente, era su el asesino. Pero nadie lo sabía. Era un secreto entre ambos.

 

 

Pero en el hecho hubo otro involucrado. Se llama Marcos Díaz. Le dicen “El Tosco”. Y había sido novio de la víctima. Primero se pensó en un pacto entre Cingolani y Díaz para matar a la gemela. Díaz estuvo 7 meses prófugo hasta que se entregó. Y fue en ese momento donde la historia dio un giro de 180 grados. La justicia no encontró evidencias de que Cingolani haya estado en la escena del crimen. Además, tenía una coartada: había estado bebiendo con unos amigos. Si encontraron ADN del “Tosco” en el auto donde Johana fue llevada al descampado. Entonces fue en 2012 cuando Cingolani quedó en libertad. Y Díaz condenado a 12 años.

 

 

Durante su estancia en la alcaidía de Truncado, Cingolani no la pasó tan mal. Además de recibir amigos y periodistas que con voracidad buscaban su historia, pudo crear una “mini empresa” con otros presos. Hicieron un horno de ladrillos los que vendían luego a privados con la anuencia de las autoridades de la cárcel.

 

 


Durante el juicio, Edith usaba una remera pidiendo justicia por su hermana. Un hecho que recorrió el mundo.

 

 

 

El noviazgo de Edith con Víctor se hizo popular. O mejor dicho “antipopular” en el pueblo. Decidieron casarse el 14 de febrero del 2013, justo el Día de los Enamorados. Según un amigo de Víctor recibieron un mensaje del Papa Francisco. Incomprobable.

 

 

El casamiento fue un caos. Se realizó en el registro civil de la localidad, bajo un estricto operativo de seguridad. “Nunca vi tantos policía juntos”, dijo un vecino. El vehículo del servicio penitenciario que trasladó al novio cometió un error: lo hizo bajar por la puerta principal de acceso. Cientos de vecinos lo esperaban para insultarlo y arrojarle huevos y otros elementos contundentes. Cingolani arribó elegantemente vestido, con un traje negro y anteojos de sol.

 

 

La gente rompió parte de las instalaciones del registro mientras un rato después en su casa, el padre de las gemelas atendía a parte del periodismo “jurando venganza”. Estaba jubilado de la policía. Atendió a la prensa con un revólver sobre la mesa y una escopeta colgada en la pared, a sus espaldas. Todo un símbolo.

 

 

El 5 de diciembre de 2013 y después de presentar varios recursos a través de su abogado Lucas Chacón, Cingolani quedó libre. Y claro, se fue a vivir con la gemela a la casa de sus padres. Era un barrio tranquilo. Había pasado ya un tiempo de aquel casamiento escandaloso y ambos llevaban una vida normal. Caminaban tranquilamente por el pueblo y hasta aceptaron hacer una nota para un medio nacional en la plaza central de Pico Truncado. Pasaba la gente y los saludaba.

 

 


Johana, la víctima. Tenía apenas 22 años cuando fue asesinada en un descampado. Le pegaron dos balazos.

 

 

 

No pensaron en tener hijos. El tiempo pasó y la vida de ambos cambió. En 2021 y tras volver de un viaje a España, Cingolani contrajo el virus del Coronavirus. Estuvo internado en el hospital de Comodoro Rivadavia. Un tiempo antes se había separado de Edith, quien volvió a vivir en la casa de sus padres.

 

 

De todas maneras hubo un tiempo en que la gente de Truncado no los trató bien. Sobre todo a Cingolani quien confesó en una nota que “apenas puedo salir a la calle”. Antes de que fuera acusado por el asesinato de la gemela (un hecho del que se hicieron eco entre otros el diario Daily Mail de Inglaterra, la CNN y la BBC, incluso con enviados especiales)  Cingolani trabajaba en una empresa contratista del círculo petrolero. Por las noches salía con sus amigos. Prefería los prostíbulos a los bares, en un lugar donde hace algunos años algunos empresarios petroleros encendían sus habanos con billetes de un dólar.

 

 

A Víctor no le gustaron algunas reacciones de la gente del pueblo después del escándalo. Es más, en otra de las tantas notas confesó sin ponerse colorado:

 

-Acá hay muchos que se hicieron la cabeza con esto pensando en “chanchadas”. Y algunos sinvergüenzas que nunca falta me pusieron un apodo un poco fulero”

 

-¿Cómo le dicen?, preguntó el periodista.

 

-“Osama Bin Laden”

 

-Por qué?

 

-Porque me volteé a las gemelas…

 

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