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02 de Abril de 2023
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Centro de Encuentro:  Nunca Esquel “se encontró” con el proyecto

El Centro de Encuentro que en su momento sería una alternativa social e inclusiva para un Esquel en crecimiento, por lo menos en los próximos años, no lo será. El objeto para el que fue creado, se perdió en el camino. 

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El Centro de Encuentro -diseñado en la gestión de Martín Buzzi- no cumplió, ni lo hará en mediano plazo, con el propósito de renovación urbana para la integración social del barrio Baden, donde fue construido. 

 

También, en su momento, se apuntó sobre la incidencia que traería en la mejora del diálogo social y en el fortalecimiento de un sistema interjurisdiccional provincial – municipal para el sostenimiento de las actividades deportivas, culturales y sociales. Todo ello quedó en las buenas intenciones y en una obra mal hecha que a duras penas se puede usar con parcialidad. 

 

La inversión anunciada por el gobierno de la provincia en el 2013 daba cuenta de un monto de 55 millones que posibilitarían valorizar y llevar al barrio, la cultura y el deporte con la calidad edilicia que merece una población en expansión y alejada del centro de la ciudad. Además, el entorno urbano se vería beneficiado con la mejora de accesos con corredores seguros para la participación de los jóvenes y la población en general. 

 

En el 2014 comenzó la construcción de la obra que debía estar lista para el 2015. Comprendía una pileta semiolímpica, un skate park, biblioteca y un cine teatro en una superficie de más de cuatro mil metros cuadrados. 

 

Además del de Esquel se construyeron en la provincia diez Centros de Encuentro: cuatro en Comodoro Rivadavia, dos en Trelew, dos en Puerto Madryn y uno en Rawson. No solo el de nuestra localidad quedo a medias o mal terminado; lo mismo pasó en otros de las ciudades mencionadas. 

 

El 15 marzo del 2018 la Provincia firmó un convenio de comodato con la Universidad del Chubut para el uso gratuito del Centro de Encuentro mediante el cual se autorizó como extensión áulica de la casa de altos estudios. 

 

El contrato refiere que es un edificio a estrenar, sin embargo, la obra nunca estuvo completamente en condiciones: falta de calefacción, paredes que desde el inicio estaban deterioradas, dudosa calidad de las instalaciones (por ejemplo, la pileta) y otras tantas dificultades mostraban un edificio, aun, por terminar. Lo de nuevo le quedaba grande, más bien era un lugar que necesitaba reparaciones, aun sin uso previo. 

 

Tal vez podría entenderse que el convenio con la Universidad  era una solución a corto plazo, para ocupar el edificio que fue recepcionado sin la terminación de obra como correspondía.  Sin embargo, la vigencia por 40 años de la concesión del inmueble, sin la posibilidad por parte de la provincia de rescindir el contrato mientras en el lugar funcionen aulas, se puede entender que, definitivamente, el objetivo abarcador e inclusivo para el que fue creado quedó descartado. 

 

  La universidad es quien -a partir de la fecha de la firma del convenio- podrá autorizar el uso de las instalaciones, que estime conveniente, por parte de organismos públicos y privados y, de esta forma, acceder al sitio otras entidades incluyendo el gobierno local. 

 

Así las cosas, la esencia y el objeto para el que fue creado el Centro, también su mantenimiento y funcionamiento de sus instalaciones quedo fuera de la órbita de los proyectos del gobierno. Con ello se desaprovecha una instalación que mas bien es un monumento al despilfarro de recursos, a las buenas intenciones que no se concretan y a las necesidades sociales que siguen vigentes -a pesar de la inversión fallida - de una buena parte de la población local.

 

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