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30 de Abril de 2023
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El Horcón

Esquel ecológica y la voluntad política para lograrlo 

Las ciudades ecológicas mejoran el medio ambiente y la calidad de vida de sus habitantes. Esquel puede convertirse en una de ellas si hay voluntad política para acordar una Política de Estado que trascienda los gobiernos de turno. 

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Desde la Secretaría de Ambiente de la municipalidad de Esquel se incrementaron las acciones y actividades a propósito del mes del compostaje, festejo mundial que inicia el Día del Agua (22 de marzo)  hasta el Día de la Tierra (22 de abril). 

 


Si bien las labores en este sentido llevan años de puesta en práctica desde el gobierno, es de destacar el impulso que se le quiere dar al hecho de promover el compostaje en todas sus formas y escalas, buscando generar conciencia y popularizar, de esta forma, prácticas y conocimientos.

 


Si se tiene en cuenta los resultados que daría compostar en las viviendas, es menester apostar a incrementar las acciones del Estado en este sentido, máxime si ello trae alivio a la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos que está en una situación muy complicada.

 


Según el equipo de educación ambiental municipal, con el compostaje de los desechos generados en casa se podría reducir un 50% la basura que actualmente va a parar a la Planta. De esta forma es posible transformar la gestión de los residuos de la ciudad, convirtiéndolos en fertilizantes naturales para los suelos y propiciando un vínculo fundamental entre las personas y los ciclos de la naturaleza.

 


Esta acción es un ejemplo de buenos deseos que necesita mayor seguimiento e inversión de fondos y labor técnica. Es una de las tantas que pueden incidir en un posicionamiento ecológico de la ciudad  y también, por qué no, de nuevos puestos de trabajo si se suma a otros indicadores que podrían estar dentro de un posible proyecto que tenga en cuenta, además de los residuos, otros items como el cambio climático en el entorno cordillerano, la eficiencia energética; movilidad; biodiversidad y uso del territorio; calidad del aire, contaminación acústica y la gestión del agua. 

 


Una meta de esta envergadura no es una quimera. De hecho, hay ciudades en el mundo que no superan los cien mil habitantes con políticas de gobierno diseñadas en este sentido y con metas perfectamente alcanzable a corto, mediano y largo plazo. 

 


O sea, estamos apuntando a voluntad política y capacidad científica y técnica al servicio de los vecinos y del buen empleo de sus impuestos. Nada que no sea un legítimo derecho.

 

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