1. Cascadas Nant y Fall
Uno de los primeros tesoros que aguardan a quienes se aventuran por la Ruta 259 son las Cascadas Nant y Fall. Este idílico rincón cuenta con una zona de camping diurno, perfecta para detenerse y disfrutar de la majestuosidad de los saltos de agua. Un sendero de baja dificultad permite a los visitantes recorrer las orillas del río y maravillarse con la danza acuática que ofrece la naturaleza en este mágico lugar.
2. Viñas de Nant y Fall
Continuando el recorrido, nos encontramos con las Viñas de Nant y Fall, un emprendimiento productivo que combina el arte de la viticultura con experiencias turísticas. Visitas guiadas, degustaciones de vinos regionales, opciones gastronómicas autóctonas y rincones para el descanso se entrelazan en este enclave vinícola.
3. Molino harinero Nant Fach
Deteniéndonos en el Molino harinero Nant Fach, nos sumergimos en las antiguas costumbres de las primeras familias del valle. Este molino, que produce harina de manera artesanal, se erige como un testimonio viviente del respeto por la tradición. Las personas tienen la oportunidad de escuchar el relato de Mervin Evans, una experiencia que transporta a tiempos pasados mientras se admira la destreza con la que se preservan las técnicas ancestrales.
4. Casa Yague
El recorrido por la Ruta 259 no estaría completo sin una parada en la Casa Yague, un viñedo que invita a los visitantes a sumergirse en el mundo del vino. Con visitas guiadas que requieren reserva previa, este lugar ofrece una oportunidad para conocer el proceso de producción, explorar los viñedos y, por supuesto, degustar los vinos que allí se elaboran.
Es importante destacar que estos recorridos pueden realizarse tanto en vehículo particular como parte de una excursión organizada. Contratar una excursión puede facilitar la visita a varios de estos lugares, permitiendo disfrutar plenamente de cada experiencia sin preocuparse por la logística del trayecto.
O.P