La biologa esquelense Bianca Cortese se encuentra desarrollando una importante labor científica en la Antártida. Desde fines de octubre, Bianca se sumó a un equipo de trabajo en la Base Esperanza, la estación militar argentina ubicada en el extremo del continente antártico, donde realiza un seguimiento exhaustivo sobre el ecosistema local, en especial sobre dos especies de pingüinos: el pingüino Adelia y el pingüino Papúa.
Un mes en la Antártida
En diálogo con Red43, Bianca, quien tiene una formación en biología, explicó que su trabajo se centra en el monitoreo de las poblaciones de pingüinos, analizando su alimentación, reproducción y otros parámetros poblacionales.
A pesar de estar en un lugar tan distante y único, Bianca contó que las condiciones climáticas iniciales la sorprendieron por su similitud con los inviernos patagónicos, aunque con la presencia de témpanos de hielo flotando en el mar y una gran cantidad de glaciares alrededor. “Al principio, la cantidad de nieve me sorprendió, pero pronto me di cuenta de que la Antártida tiene un paisaje similar al extremo de la Patagonia, aunque más intenso”, comentó.
La Base Esperanza, donde Bianca realiza su labor, está rodeada por glaciares y cuenta con una caleta que da al mar, lo que genera un entorno impresionante para los científicos. Sin embargo, a pesar del clima más benigno que experimenta actualmente, la bióloga esquelense está lejos de sentir que está en un lugar “familiar”, debido a las extremas condiciones y diferencias geográficas.
El proyecto de monitoreo: Pingüinos Adelia y Papúa
El proyecto en el que Bianca colabora tiene un enfoque integral, estudiando dos especies de pingüinos con dinámicas muy diferentes: el pingüino Adelia, que en esta zona tiene una población de más de 100.000 individuos, y el pingüino Papúa, que es menos numeroso.
“Lo que estamos haciendo es monitorear cómo fue la alimentación de los pingüinos durante el invierno, una época en la que no podemos trabajar debido a las condiciones desfavorables. También estamos siguiendo su proceso de reproducción, los cuidados de los huevos, y el desarrollo de los pichones”, explicó Bianca.
El pingüino Adelia migra hacia el mar congelado en invierno para alimentarse y regresa al continente para reproducirse a fines de septiembre, justo cuando los científicos comienzan su trabajo. Por otro lado, el pingüino Papúa no migra y mantiene una dinámica reproductiva diferente, lo que también se estudia en el proyecto.
La Base Esperanza
Uno de los aspectos más singulares de la Base Esperanza es que, a diferencia de otras bases, tiene una dotación militar que convive durante todo el año con las familias de los militares, incluidos niños, lo que genera una atmósfera más parecida a la de un pequeño pueblo que a una instalación militar típica.
La base cuenta con una escuela, una capilla y diversos servicios que hacen de este lugar un entorno más ameno y habitable, a pesar de las rigurosas condiciones climáticas.
El desafío de los vientos catabáticos
Una de las experiencias más extremas que Bianca vivió hasta el momento en la Antártida son los vientos catabáticos, vientos extremadamente fuertes que se originan en el interior del continente y soplan hacia el mar. “Las ráfagas pueden alcanzar hasta los 300 km por hora, aunque por suerte no me ha tocado vivir una de esas tormentas tan intensas”, contó la bióloga esquelense.
Estos vientos representan un reto constante para los habitantes de la base, afectando tanto la logística como las condiciones de vida diaria.
Protocolos de Gripe Aviar y otros riesgos sanitarios
En cuanto a la seguridad sanitaria, Bianca mencionó que en su trabajo se están siguiendo estrictos protocolos debido a los riesgos de gripe aviar. En particular, la influenza afectó a las poblaciones de aves como las escúas en la zona, lo que generó medidas preventivas para evitar el contagio. “Por eso uso un traje especial amarillo, como medida de protección y para evitar la propagación de la enfermedad”, explicó Cortese.
El proyecto de monitoreo en el que Bianca participa está vinculado con el Instituto Antártico Argentino.
O.P