Con una senda corta de unos 300 metros, esta maravilla natural es accesible para todos, ofreciendo una experiencia enriquecedora y revitalizante.
Para llegar a la cascada Irigoyen, las personas tienen que transitar por una senda corta de unos 300 metros, lo que equivale a una caminata de 10 a 15 minutos.
La dificultad de la caminata es baja, y el camino es fácil de seguir, lo que la convierte en una opción ideal para personas de todas las edades y niveles de condición física. Sin embargo, es importante tener cuidado cuando el suelo esté húmedo, ya que puede aumentar el riesgo de caídas.
Una vez en la parte más alta de la cascada, hay unos bancos estratégicamente ubicados para descansar y disfrutar de la maravillosa vista que ofrece este espectáculo natural. Desde este punto privilegiado, es posible deleitarse con el sonido relajante del agua cayendo y contemplar la exuberante vegetación que rodea la cascada.
O.P