El artista, que vivió más de cinco décadas en El Bolsón, murió este domingo cerca de la medianoche. Sus restos son velados este lunes en la cochería local de calle Miklos, entre las 8 y las 20 horas. La noticia genera profunda conmoción en la Comarca Andina, donde su nombre es sinónimo de música, libertad y pasión artística.
Mike Cooke fue mucho más que un músico: fue un pionero, un referente y un verdadero embajador cultural de la Comarca. Con su carisma, su sombrero inconfundible y su acento británico, se ganó el cariño de generaciones que crecieron escuchando su voz rasposa y su guitarra inconfundible.
De Leeds a El Bolsón: una vida marcada por la música
Nacido en Leeds, Inglaterra, en 1951, Cooke creció rodeado del auge del rock británico. En su juventud compartió vecindario con futuras leyendas como Roger Waters, Keith Richards, Eric Clapton y Roger Daltrey. Su hermana incluso trabajó para algunos de ellos, acercando aún más a Mike al corazón de la escena musical londinense.
A comienzos de los años ’70, su familia decidió dejar Europa en busca de nuevos horizontes y se instaló en Mallín Ahogado, en El Bolsón. Mike tenía apenas 20 años cuando pisó suelo patagónico. “Cuando vi los paisajes del sur argentino, supe que era un mundo entero”, recordaba en una entrevista.
El nacimiento del rock en la Comarca
En El Bolsón fundó Cuero Caliente y luego La Bolsón Blues Band, consideradas las primeras agrupaciones de rock & blues de la zona. Su estilo, influenciado por el blues, el rock clásico y el misticismo oriental, lo llevó a experimentar con el sitar, instrumento que había aprendido a tocar por inspiración de George Harrison.
Durante los años ‘80 se trasladó a Buenos Aires, donde tocó en el Café Einstein, epicentro del under porteño, y compartió escenario con figuras como Luca Prodan y Los Redondos. Fue músico de la Embajada de la India y uno de los pocos artistas en introducir el sitar en la música argentina.
Un regreso con raíz
“Decidí volver por mis hijos, quería darles un lugar más saludable para crecer”, contaba sobre su regreso definitivo a El Bolsón. Allí fundó proyectos emblemáticos como La Roca, que se mantuvo vigente durante más de 25 años, y más tarde The Mike Cooke Band, con la que interpretaba sus propias composiciones.
Sus hijos siguieron su camino: Valentina Cooke, cantante y pareja de Gaspar Benegas (guitarrista de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado), y Francisco Cooke, guitarrista que lo acompañó en sus últimos escenarios.
Legado eterno en la Comarca
Mike fue homenajeado en vida por su aporte a la cultura local. Desde 2015, el escenario del bar “El Sol Music Bar” de El Bolsón lleva su nombre. Su canal de YouTube y sus discos digitales resumen una trayectoria tan extensa como auténtica.
Su partida deja un vacío en la Comarca. Pero su espíritu —rebelde, libre y apasionado— seguirá vivo en cada acorde que resuene entre las montañas.
“Soy un rockstar viejo en el siglo XXI. No veo por qué parar, si tocar es lo que más amo hacer”, decía Mike con una sonrisa y su taza de cerámica en la mano.
Hoy, su música lo despide.
Buen viaje, querido Mike.
O.P.