Iris González, dueña del food truck "La 10", relató los desafíos y aspiraciones de su emprendimiento gastronómico "al paso", que se ha consolidado como favorito entre la clientela local. Su carrito está ubicado en la zona de la calle Tamburini, entre Ameghino y Cámpora, al otro lado del paseo costero.
"La 10" funciona todos los días, excepto los domingos, en un horario de 12 a 15 horas (almuerzo) y de 20 a 00 horas (cena).
El Respaldo de la Clientela Local
Iris confiesa que, a pesar de estar en la entrada de Esquel y esperar atraer a turistas y viajantes, el verdadero motor de su negocio es la gente de la ciudad.
"Yo había hecho como un estudio de mercado que a la entrada de Esquel no había nada y pensé que camioneros, viajantes, turistas iban a venir y no, no es así... la gente de Esquel es la que es mi clienta, agradecidísima porque ellos están siempre".
La Oferta Gastronómica
El menú de "La 10" está pensado para el consumo rápido y se especializa en sándwiches sustanciosos:
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Sándwiches de milanesas completos con papas fritas.
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Bondiola y churrasquitos. Iris destaca que para el churrasquito utiliza carne de cuadril cortada, ya que considera que "tiene más gusto para la gente" que el lomo.
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Hamburguesas y cherry pan.
Desafíos de Invierno y Sueños de Crecimiento
La emprendedora relató que tuvo que suspender sus operaciones en el invierno debido a las extremas condiciones climáticas. "Los 17 bajo cero o las temperaturas bajas hicieron que se congelaran las cañerías de agua, la bolsa de papa", y el bajo consumo dificultó la continuidad.
Actualmente, el food truck se mantiene fijo debido a un convenio con la Cooperativa Eléctrica que exigió que el carro estuviera sobre la vereda (sin ruedas) para poder instalar la bajada de luz y el medidor, garantizando la cadena de frío de su mercadería.
A pesar de las limitaciones actuales de Espacios Verdes, que solo le permiten colocar banquitos y no mesas permanentes, Iris tiene un gran objetivo:
"Mi objetivo es la Plaza del Cielo. Estoy presentando notas para que me lo permitan. Me gustaría estar en una zona más céntrica para poder abrir de 8 de la mañana a 12 de la noche y poder darle trabajo a alguien".
Iris, que mantiene a su hijo de 12 años con el emprendimiento, se siente feliz y agradecida de ser la "anfitriona" de sus clientes.
F.P