El combate contra el fuego presenta serias complicaciones operacionales debido a las condiciones climáticas y geográficas, según lo confirmó el Director Provincial del Servicio de Manejo del Fuego, Rubén Jaramillo.
“Estamos complicados con las operaciones en terreno y también con las aéreas”, indicó Jaramillo, detallando que la principal dificultad es el ambiente cargado de humo. “Hay mucho humo predominante, el cañadón está muy cerrado y el humo muy bajo, lo que mantiene la visibilidad muy baja y no permite trabajar con medios aéreos”, explicó.
El director señaló que la baja visibilidad ha afectado directamente el despliegue del personal terrestre. “La gente está en el terreno, pero es un riesgo que se corre, trabajar con poca visibilidad, por eso hay sectores a los que no están ingresando”, afirmó, priorizando la seguridad de las brigadas. Las condiciones han sido tan adversas que “los días atrás no fue posible utilizar los aviones”, lo que limita significativamente la capacidad de ataque al fuego.
Refuerzo y campamento próximo al foco
A pesar de las dificultades, el operativo ha sido reforzado. Además del campamento base inicial que se conformó en las instalaciones de la Escuela de El Turbio —desde donde salen a diario las brigadas—, se dispuso la instalación de un segundo campamento más próximo al foco del incendio.
Este cambio logístico busca disminuir los tiempos de traslado del personal y mejorar la eficiencia en la rotación de las cuadrillas de ataque, acortando las distancias que deben recorrer los brigadistas para llegar a los puntos más calientes del incendio y así intensificar el trabajo en la línea de fuego.
E.B.W.