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27 de Abril de 2025
opinion |
Marisa Gomez

A veces hay que tomar atajos

La columna de Marisa Gomez.

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A veces hay que tomar atajos

 

Cielo está sentada en el banco de madera del Instituto Provincial de la Vivienda.  Desde hace seis años, una vez al mes pasa para ver el orden en el que se encuentra. 
Hace más de veinte años le prometieron a su madre una casa lejos del basural a cielo abierto y de la villa que ni agua potable tiene. 
Cielo mira el gris gastado de las paredes del instituto, la pila de revistas viejas sobre la mesa ratona, y las tres margaritas artificiales en el florero. 
Rosa, la responsable del área, sale, le da un abrazo y un beso en la mejilla, felicitaciones, la señorita con casa nueva. Mañana es el acto,¡a no faltar! Tenés que ir con tu madre. 
Cielo, ¿por qué esa cara?, ¿no estás contenta?
Sí. Pero la médica, me dijo que mamá está muy enferma. 
¿Qué médica?
La de la Fundación.
¡Ah, esa metida! Desde hace años nos vuelve locos. ¡Qué más unidades habitacionales! Que el agua de la villa enferma a la gente. Que no puede ser que las madres solteras estén últimas en la nómina.
Cielo recuerda las palabras de la médica, los medicamentos dieron resultados en vos, pero no en tu madre que soporta esa villa desde hace años. Es una cloaca a cielo abierto, y le enfermó los pulmones. Tienen que salir, los está matando. Tenés que insistir. En pocos años será un cementerio. 
Mañana te entregarán la llave de la casa nueva, con paredes de cemento, ventanas grandes y patio.¡Qué me contás! Agua potable y lejos del basural. Hicimos una excepción por los estudios de tu madre, aunque sea soltera.
A Cielo y a su madre las sentaron en la primera fila, frente al escenario, al gobernador, intendente y decenas de políticos. Detrás, las veinte casas nuevas.
La madre de Cielo sonríe aunque su piel está cada día más blanca. Aplaude, recibe la llave. Miles de flaches disparan, cientos de fotos certifican las entregas.
Después entran a la casa y recorren con la palma de sus manos cada centímetro de pared. 
La médica de la fundación las acompaña. Cuando se quedan solas, las abraza, tiene lágrimas en los ojos, mañana las quiero a las dos en el hospital. Toma a la madre por los hombros, te voy a cambiar la medicación y te recuperarás rápido. 
Hija y madre la miran interrogantes.
Sí, es así.  A no preguntar. A veces hay que tomar atajos, para obtener resultados. Vos, Cielo a la universidad y a la mañana a cuidar a mi hija. Tú mamá va a estar bien. 

 

Marisa Gomez
 

 

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