Cada 11 de septiembre, Argentina se viste de celebración para rendir homenaje a una de las figuras más importantes en la formación de la sociedad: el maestro. La fecha, lejos de ser aleatoria, conmemora el fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, un político, escritor y pedagogo que dejó una huella imborrable en la historia educativa del país.
Considerado el "Padre del aula", Sarmiento dedicó gran parte de su vida a promover la educación pública y laica. Su visión fue fundamental para la creación de escuelas normales para la formación de docentes y para impulsar la escolarización de niños y niñas en todo el territorio argentino. Su trabajo incansable sentó las bases de un sistema educativo que buscaba la igualdad de oportunidades y el acceso al conocimiento para todos.
La elección de esta fecha como el Día del Maestro se oficializó en 1943, durante la Primera Conferencia Interamericana de Educación que se celebró en Panamá. En esa reunión, se decidió honrar la memoria de Sarmiento, reconociendo su legado como un pilar fundamental para el desarrollo de la educación en toda América.
De esta manera, cada 11 de septiembre, el país no solo recuerda a un prócer, sino que también celebra la labor diaria de miles de maestras y maestros que, con su vocación y esfuerzo, construyen el futuro de la sociedad argentina.
F.P