Una joven de 24 años se presentó en la Comisaría Segunda de Las Heras, en Santa Cruz y denunció a su pareja, un hombre de 32, por violencia de género y maltrato infantil. La mujer aseguró que desde hace cuatro años la convivencia estaba marcada por agresiones físicas y verbales, no solo hacia ella sino también hacia su hijo menor, de apenas cuatro años.
De acuerdo a lo relatado, el niño era golpeado con los puños y con un cinturón, además de recibir castigos extremos como permanecer de rodillas durante horas frente a la pared. La madre acompañó la denuncia con certificados médicos y fotografías que mostraban lesiones compatibles con los dichos. También expuso que el acusado la amenazaba permanentemente, advirtiendo que si ella llegaba a denunciar lo que ocurría, mataría a los niños arrojándolos a un pozo ciego.
El hecho que terminó por impulsar la denuncia ocurrió el día anterior, cuando el hombre retiró al niño de la escuela y, al regresar al domicilio, reaccionó de manera violenta, tomándolo en brazos y lanzándolo hacia una ventana en dirección al patio. La madre intentó interponerse y discutió con él, pero fue recién al momento de retirar a su hijo de un jardín de infantes de la localidad cuando decidió contar lo sucedido a las docentes, quienes de inmediato dieron aviso a las autoridades y activaron los protocolos de intervención.
Frente a la gravedad del caso, la Justicia ordenó la exclusión del hogar del denunciado y la prohibición de acercamiento hacia la joven y los menores. Además, por prevención, se dispuso una consigna policial en la vivienda con el objetivo de resguardar la seguridad de la madre y sus hijos. Según confirmaron fuentes oficiales, el acusado debió fijar domicilio en el marco de la causa, mientras se avanza en las medidas judiciales correspondientes.
La denunciante señaló que esta no era la primera vez que sufría agresiones, ya que hace tres años había realizado una presentación previa contra el mismo hombre, aunque en aquella oportunidad no prosperó en sede penal. La reiteración de episodios violentos, sumada a las amenazas directas contra la vida de sus hijos, terminó de configurar un cuadro que ahora quedó formalmente asentado en la Justicia.
El caso generó fuerte preocupación en la comunidad educativa y en las áreas de protección de Niñez y Mujer, que comenzaron a brindar asistencia integral a la madre y sus hijos. Según remarcaron especialistas, se trata de una situación de alto riesgo en la que la violencia ejercida contra los niños se convierte en un mecanismo de sometimiento hacia la mujer, configurando un escenario que demanda respuestas urgentes y coordinadas.
La denuncia visibiliza nuevamente la problemática de la violencia intrafamiliar en la región y plantea la necesidad de fortalecer las redes de contención comunitaria y estatal para que las víctimas encuentren protección efectiva y puedan romper con el círculo de la violencia.
Fuente: LOA.
Foto ilustrativa.