El femicidio de Jessica Scarione, de 36 años, conmocionó a Neuquén. La mujer fue encontrada sin vida el pasado domingo, con dos disparos, y las investigaciones apuntaron rápidamente a su pareja, Luis Alberto Espinosa, quien se encontraba prófugo. Tras varios días de rastrillajes, la policía de la provincia logró aprehenderlo en un basural de Senillosa, más de 40 kilómetros al sur de la capital.
El comisario Juan Carlos Barroso, jefe de la división a cargo del operativo, explicó que la detención fue posible gracias a un trabajo minucioso:
“Se comenzó a trabajar en ese sector con drones para conocer las características del terreno, que es muy amplio, con cañadones y monte. Luego se planificó un operativo, mimetizándose con las personas que concurren al basural, hasta que se logró la aprehensión sin que el sospechoso pudiera resistirse”.
Espinosa tenía antecedentes por robos y violencia de género. Incluso, Jessica había realizado una denuncia el 28 de agosto, aunque el 4 de septiembre la levantó por decisión propia. El 10 de ese mes, la Justicia notificó que podían retomar la convivencia, con la condición de que él no ejerciera violencia. Dos días después ocurrió el crimen.
Según la autopsia, Scarione murió por una hemorragia masiva producto de un disparo de arma de fuego en la zona abdominal. El arma homicida todavía no fue hallada, aunque continúa la investigación para dar con más pruebas.
La víctima tenía cuatro hijos, aunque ninguno convivía con la pareja.
Espinosa ya fue puesto a disposición de la Fiscalía de Delitos Violentos, a cargo de la doctora Lucrecia Solá, y en las próximas horas se le formularán cargos por femicidio.