Cada 24 de septiembre, la Argentina rinde homenaje a las y los colectiveros, protagonistas de un servicio esencial que conecta ciudades, barrios y comunidades. La fecha recuerda aquel histórico primer viaje en colectivo, realizado en 1928, que marcó el nacimiento de un sistema de transporte popular y accesible.
La conmemoración fue establecida en 2004 por iniciativa del gremio de taxistas, a través de la Ley 1475 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su objetivo: destacar el aporte de quienes hacen posible este medio de transporte y rescatar la historia de un invento que nació de la necesidad.
Durante la década de 1920, en plena crisis económica global, los taxistas de Buenos Aires idearon una alternativa solidaria: compartir un auto entre varios pasajeros, con tarifas más bajas y rentabilidad asegurada para el chofer. Así surgieron los primeros “auto-colectivos”, que podían llevar hasta cinco personas a un costo de apenas 10 centavos por pasajero.
El 24 de septiembre de 1928 se realizó el primer viaje: partió desde Primera Junta, en Caballito, hacia Plaza Flores, continuó por Lacarra y Rivadavia, hasta llegar a la estación de Floresta. El sistema rápidamente se popularizó: en pocos meses ya circulaban unos 40 vehículos y nació la línea 8, que unía Nazca y Rivadavia con Plaza de Mayo.
Para 1931, comenzaron a fabricarse unidades más grandes, con capacidad inicial para 10 personas que luego se extendió a 40, consolidando el colectivo como el transporte urbano por excelencia.
R.G.