Gwen Rowlands, una joven esquelense, regresó en julio de 2025 tras vivir una “experiencia increíble” de 11 meses en Francia como parte del programa de intercambio de Rotary. La estudiante, que viajó sin saber el idioma, destacó cómo el viaje la obligó a "salir del cascarón", ganando confianza y autonomía.
Gwen relató que su contacto con el programa de Rotary comenzó en octubre de 2023, donde la organización busca formar "líderes alrededor del mundo" y promover la paz a través del entendimiento cultural. "Si vas a un país y conoces su cultura, ves otras formas de vida... es una experiencia súper rica de poder conocer al otro", explicó.
Inmersión cultural y el mito francés
La joven se instaló en Troyes, a una hora y media de París, una zona que la sorprendió por ser "muy verde" con muchos ríos y parques. Aunque el horario escolar francés era extenso (de 8 a 18 hs.), Gwen lo disfrutó por el ámbito de encuentro que generaba con sus compañeros
Uno de los mayores aprendizajes fue desterrar el prejuicio sobre la gente local. "Hay este prejuicio de que son amargos o que no son muy buena onda, y la verdad que no, me encontré con que nada que ver", aseguró, destacando que pudo hacer amistades muy lindas que mantiene hasta hoy.
El intercambio, de carácter cultural, requirió que Gwen rindiera las materias de su escuela, el Colegio Selección, a su regreso, un esfuerzo que "vale la pena" en comparación con el crecimiento personal y el año vivido.
Tres familias y una nueva red de afectos
Una de las experiencias más enriquecedoras del intercambio de Rotary es la rotación por diferentes familias, permitiendo ver distintas formas de vida. Gwen estuvo con tres familias en total. El primer encuentro, tras un año de preparación, fue "casi mágico".
Con su primera familia, una de las hijas se convirtió en su "hermana de corazón". "Esta experiencia de tener hermanos la verdad fue también súper enriquecedora, aprender a compartir equipos desde otro lado", comentó. A pesar de no saber francés al principio, logró dominar el idioma en tan solo dos meses.
La joven destacó el constante apoyo de Rotary, tanto en Argentina como en Francia, con seguimientos y salidas grupales con otros estudiantes de intercambio. Aunque está feliz de haber vuelto, Gwen confiesa que extraña a sus amigos y a su familia anfitriona, quienes tienen intenciones de visitar la Patagonia.
F.P