Para mí se fue el mejor…. junto con Maradona y Cruyff, “el Trinche” fue el mejor

(Por Carlos “el Chavo” Ortiz). El muchacho que lo hizo no entendió nada de futbol, por ende no entiende nada de la vida. El miércoles un grupo de marcianos le robaron la bicicleta a uno de los mejores jugadores de potrero que entregó el país. Tomás “el Trinche” Carlovich murió esta mañana en su Rosario natal a los 74 años.

Para robarle la bicicleta le pegaron con violencia en la cabeza y desde el miércoles momento del hecho, hasta el día de hoy, uno pensó que “el trinche” le podía esquivar a la muerte con aquellos pasos de baile que hizo en su juventud, con el doble caño hecho por su mágica zurda.

Lo mataron “al trinche” Carlovich, y con su muerte, se fue mucho de nuestra alma de potrero y que lo vivimos en los años 80 (en mi caso), aunque su magia destelló en la década del 70 jugando para Central Córdoba de Rosario, un ignoto club de la “Chicago Argentina” que se hizo famoso por “el trinche”.

Se fue para mí el mejor. Junto con Maradona y Cruyff, Tomás “el trinche” Carlovich fue el mejor.

Tal era su idolatría que tenía la gente del fútbol con él, que un día un árbitro de futbol lo expulsó de la cancha y tal fue la protesta de toda la gente (de un lado y del otro) que el de negro revió su decisión y dejó que terminara el partido.

También con “el Trinche” ocurría lo impensado. Era un partido de la B, de la vieja B del ascenso argentino. Central Córdoba visitaba a Los Andes, en Lomas de Zamora y “el Trinche” se olvidó los documentos, que era necesario para el armado de las planillas de juego.

El reglamento era muy claro, sin el DNI, no podía jugar. El presidente de Los Andes de ese entonces pegó el grito en el cielo, “una vez que viene el Trinche para acá, queremos verlo jugar”, obvio que jugó. Central Córdoba ganó uno a cero, con el gol de Carlovich.

La historia de aquel partido en Rosario donde el seleccionado local vapuleó al Seleccionado Argentino que estaba a punto de viajar al Mundial de Alemania en 1974 es más conocida. Más de 35 mil personas lo vieron jugar en un equipo conformado por cinco jugadores de Central, otros cinco de Newells y él, de un club del ascenso.

La victoria para el equipo rosarino fue por 3 a 1, y todo fue un baile, con la mejor música, con el “trinche” dirigiendo la orquesta.

Murió “el trinche”, y con él, se fueron nuestros sueños de jugadores de potrero.

No le deseo el mal a nadie y tampoco quiero hacer apología del delito, pero ojalá un día “el gringo” Scotta te encuentre, ponga una pelota en el piso y te arranque la cabeza de un pelotazo, de la manera como le pegaba él.