red43-canal |

Lacer: El lugar al que nunca llamamos por su nombre y es atendido por un "loco" de los videojuegos

La rica historia del local que se mantiene desde 1983 en Esquel. Alejandro nos cuenta algunas anécdotas, su loca pasión por las máquinas de videojuegos y el verdadero nombre que lleva el local. ¡Ojo!, no es "Lacer", como la mayoría cree.

Escuchar esta nota

- Por Maxi Cantero -

 

 

"Locos como yo hay pocos"... Fue una de las tantas frases que me dijo en esta nueva entrevista especial, Alejandro, el "loco" de los videojuegos que hace 41 años trabaja en el rubro y que está encargado del local ALEMICHINATI GAMES, ubicado en calle 25 de mayo 777.

 

 

 

Si, se llama así; yo también le decía y le pienso seguir diciendo "Lacer", a aquel lugar que marcó nuestra infancia y adolescencia con horas y horas de videojuegos. 

 

 

 

"La gente lo llama Lacer pero ese no es el nombre; calculo que lo bautizaron así porque acá hay una cascada fabricada por una empresa que lleva ese nombre", cuenta Alejandro, haciendo referencia a la "Cascada Mágica" que tantas veces nos ha salvado entregando fichas para poder seguir jugando y que, en uno de sus lados, tiene estampada la marca "Lacer".

 

 

 

Ahora volvamos al nombre real; ALEMICHINATI GAMES. Se llama así por los nombres de sus hijos; Alejandro, Michel y Nataly.

 

 

"Arrancamos en el año 1983, hace unos 40 años, frente a Pinocho, cerca del ACA en la 25 de mayo. Nos fuimos viniendo para este lado porque iba subiendo el alquiler. Aquí quedé y estoy hace más de 30 años"

 

 

 

Alejandro tenía 13 años, estudiaba y frecuentaba la sala de videojuegos: "Estaba lleno siempre, una locura; yo era un cliente más. Luego entré con una empresa a trabajar y me solían dejar como encargado. De a poco fui aprendiendo la mecánica; me gustaba arreglar las máquinas. Con el tiempo se convirtió en un oficio repararlas y ahora ya es un hobbie".

 

 

 

 

"En ocasiones viajo y vuelvo con máquinas. Algunos van a ver perfumes, yo voy por máquinas. Conozco la generación de máquinas y las empresas que las hacen. He comprado máquinas que no funcionan y las pongo a andar; es un logro que prendan de vuelta"

 

 

 

Claro que el lugar tuvo que ir mutando para amoldarse a la demanda de la actualidad; es por ello, que en ALEMICHINATI GAMES podemos encontrar además de las históricas maquinas de videojuegos (Arcade), 14 máquinas gamers: "Yo tenía todo arcade; máquinas de videojuegos y flipper; pero tuve que cambiar para no quedarme en el tiempo. El chico necesita jugar a los juegos de punta y la opción era tener máquinas gamers; arranqué con tres y hoy son catorce. Pago tres líneas de internet que entran en un balanceador para mejorar la fluidez y que no se les trabe".

 

 

 

En el sector retro del local, se comenzó con las máquinas originales: "Pero el tubo ya no se consigue, al menos en Argentina. En Europa o Estados Unidos si; porque locos como yo hay muchos, pero acá hay pocos. Hay un gran mercado de las máquinas. Es difícil este país para meter legalmente algo... En Europa algo te vale dos mil dólares y tenés que pagar otros dos mil para que te lo envíen".

 

 

 

 

"El auge fue en los '90, era una locura. Teníamos una máquina que llegó a tener 60 personas esperando para jugar; uno jugaba y los otros tenían que sacarlo, era mucho. Había una máquina especial que rompió todos los récords; Samurai Shodown II; llegamos a sacarle 3 mil fichas por día"

 

 

 

Horas y horas dedicadas al rubro
 

 

"Algunas épocas tuve empleados. Pero siempre terminé solo con mi hijo, mi nena o mi mujer. Es una carga social; tener empleado hoy es difícil. Estar acá de 8 a 22 hs es un tirón largo", cuenta Alejandro, recordando alguno de los tantos problemas que ha padecido producto de tantas horas en el local: "dormíamos cuatro horas y volvíamos; a la gente que viene a jugar no le importa si dormiste o no".

 

 

 

Por la mañana, suelen ocuparse las máquinas más modernas, con clientes que realizan trámites por Home Banking, imprimir documentos o los turistas que hacen el check - in.

 

 

"Esquel nunca fue un lugar turístico... Este mismo negocio en un lugar turístico se llena de gente"

 

 

 

 

Alejandro arrancó a trabajar a los 13 años y hoy tiene 54... Son 41 años de dedicación, pasión por los videojuegos y anécdotas que merecen tiempo para escucharlas. 

 

 

 

A modo de deseo para el futuro, destaca que se logre mejorar el servicio de internet en la ciudad. Además, la atención de la gente con los turistas: "Si un turista viene y encuentra todo cerrado un domingo, es muy difícil que vuelva".

 

 

 

 

Agradezco enormemente la calidez y predisposición con la que me recibieron en el local Alejandro y su hija Naty, quienes además de prestarme su tiempo, hicieron que viaje un rato en el tiempo, recordando aquellos momentos vividos en la adolescencia.

 

 

 

 

M.C.

 

 

 

 

 

 

¿QUÉ TE PARECIÓ LA NOTA?
Ocurrió un error