El Cedro: El lugar donde conseguías todo por $1,99 y que fue un boom en Esquel

- Por Maxi Cantero -

Lugares emblemáticos en Esquel hay muchos. Pero todos, tienen una historia distinta que contar. El Cedro, es uno de ellos y, de los que a mi, me marcaron en la infancia. 

Porque claro; imaginen de niño ir a un lugar repleto de juguetes, revistas, figuritas, golosinas y novedosos artículos de electrónica... Y ni hablar si tu mamá estaba de buenas y te compraba algo. El álbum del Mundial de Francia 98, los muñecos de Dragon Ball Z o una linterna que traía incluida radio, reloj y alarma (lo novedoso en los ´90), son algunos de los tantos regalos que en aquellos años obtuve del local de Rivadavia 831.

En esta ocasión, quise recordar aquellos años y conocer la historia de El Cedro. Por ello, me encontré con Nora; mujer de fierro que, sostuvo por casi 40 años el negocio, acompañada de sus hijos y con un excelente staff de empleados. Hace algunos meses, decidió ponerle punto final a su actividad en el comercio.

Nora me recibió cálidamente en su hogar, dispuesta a recordar esa historia, café mediante...

"Puse fin a mi actividad, después de casi 40 años de El Cedro", fue lo primero que resaltó. Luego, comentó sobre los inicios de la novedosa propuesta: "La idea comenzó cuando terminó el gobierno de Alfonsín, que no se sabía qué iba a pasar. Mi esposo se enfermó y estuvo seis meses en Buenos Aires; tuvimos que usar todo el dinero de una agencia de autos que teníamos en ese momento para su tratamiento".

"En Argentina cada tanto tiempo viene un sacudón y hay que reinventarse. En ese tiempo surgieron muchos kioscos porque la gente podía vender cosas desde una ventanita en su casa. Decidí hacerlo por estar cerca de algunas clínicas, donde me pedían cosas para consumir"

 

"En ese tiempo se abrieron las importaciones, mi esposo viajó a Esquel y decidió traer cosas de regalería, que era una novedad en ese momento", recuerda Nora, agregando que "la gente se entusiasmó y acrecentó el negocio. Incluimos bazar, electrónica y herramientas, lo que nos convirtió en un mayorista de la zona y logramos poner una sucursal en El Bolsón". 

"Mi esposo falleció en 1998, antes de la crisis del 2001 que me obligó nuevamente a rearmarme. Decidí cerrar la sucursal de El Bolsón y continué con el local de acá de Esquel"

 

 

Nora cuenta que en los años de bonanza lograron tener más de 12 empleados: "Eso es una satisfacción porque siempre tuvimos gente muy buena. El primer empleado que tuvimos fue Alejandro Castillo y el último que se fue hasta que seguí sola. Hoy es Juez de Paz y como un hijo para mi".

"Recuerdo también lo difícil que fue atravesar el tiempo del volcán y la ceniza, donde teníamos que continuar pagando los impuestos y era muy difícil". 

 

"En lo remoto, la pandemia me agotó. Yo ya tenía pensado dejarle el espacio a mis hijos y decidimos anexar rotiserías para poder vender viandas, reacondicionamos el local para la gastronomía, depuré lo que me quedaba de la regalería y dimos paso al nuevo proyecto", relata Nora.

"En diciembre del 2022 decidí dejar el local. Ahora continúa mi hijo realizando comidas con especialidad árabe, tiene su clientela y el espacio se dividió con La Fábrica del Arte, que lo llevaba adelante mi hija; ella invirtió sus ahorros en ese salón". 

 

"En plena pandemia la gente necesitaba reunirse charlar y bailar, cuando pasó ese momento siguió acrecentando su alumnado con la bendición de haber ganado un festival a nivel nacional".

 

"Son 37 años de El Cedro, pero antes mi esposo junto a sus hermanos tuvieron el primer supermercado en Esquel denominado APA , que lo trabajaron durante varios años. Luego tuvieron El Cedro y ahora continúa con otro rubro mi hijo". 

 

"En principio éramos un Polirubro y para la fechas especiales los vecinos hacían fila afuera para poder comprar; esperaban su turno a la sombra y realmente de diez artículos que nos pedían tratábamos de tener al menos nueve, eso siempre decía mi esposo", detalla Nora, agregando que "trabajábamos de lunes a lunes durante todo el día. Nos publicitábamos del boca en boca o en El Diario. Este negocio nos permitió darle la educación a nuestros hijos y me permitió cuando me quedé sola seguir adelante".

"A partir de ahora voy a disfrutar de mi tiempo y de mi casa, que la tenemos también gracias al negocio. Tengo un nieto de 5 años que también quiero disfrutar; leo mucho y escucho música porque son cosas que disfruto". 

 

Nora es una agradecida de todos los vecinos de Esquel y la región por el apoyo que le han dado todos estos años. Hoy, tiene el tiempo para disfrutar de su nieto e hijos, estar en su casa y con sus mascotas; como así también de lo cultural que la ciudad ofrece. 

Gracias a Nora por recibirme y por compartir sus sentimientos más profundos en esta entrevista.