El “Chino” Rosas alcanzó una victoria en su noche más soñada

Uno intuía que la gente iba a acompañar. Es que en Esquel están muy ávidos de boxeo. Hay muchos amantes del boxeo y para colmo son pocos los festivales que se hacen por esta zona. Para ver boxeo hay que viajar.

Justamente hace un año, con el debut profesional de Glenda Higuera, no se organizaba un festival en Esquel. En aquella oportunidad fue en el Gimnasio de Del Campo, anoche en el gimnasio municipal.

Lo más cerca fue en Trevelin, donde Agustín Antimán organizó aquella velada que la tuvo a Mili González como la protagonista principal.

Pero lo de anoche superó todo tipo de cálculo. Entradas agotadas y gente afuera del Gimnasio sin poder entrar. No pasó nunca.

Una verdadera revolución provocó el debut del “chino” Rosas dentro campo profesional y, para colmo, el resto de las peleas tuvo sus bemoles.

Por ejemplo, Joel Díaz venció por nocaut a Román Nahuelquir, en una pelea que prometía manos picantes, en tanto Lucas Castillo demostró que está “a punto caramelo” para ser boxeador profesional.

La velada boxística, organizada por la Comisión de Padres de la Escuela Municipal Awkache y que contó con el apoyo de la Secretaría de Deportes de Esquel, arrancó con tres combates de exhibición, donde primero se subieron al ring Luciana González, la hermana de Mili, quien hizo guantes con Jazmín Andrade, pupila de Paula Omad.

Luego otra dos jovencitas, de la Escuela La Amistad de Raúl Martínez, se subieron al cuadrilátero para mostrar todo lo aprendido en clase. Antonella Pichiñán y Micaela Gómez fueron las amigas y rivales a la vez.

Pero la tercera exhibición fue la más picante.

Lautaro Huaiquiñir, pupilo de Paula Omad, ante el espigado Benjamín Torres de Trevelin. La exhibición la dejaron de lado. Los guantes sonaron lindo y ellos con ganas de meterse en el ámbito amateur y dejar de lado lo recreativo.

Dicho combate de exhibición tranquilamente podría haber sido una de las peleas de la cartelera amateur y no hubieran desentonado.

Ya por los porotos, Ulises Antimán superó con amplitud a Valentín Bongiovanni donde los jurados vieron una victoria por puntos de manera unánime.

Luego el representante de El Bolsón, Rodrigo Guajardo fue superior sobre el esquelense Kevin Antinao, en tanto Mauro Ulloa (pupilo de Raúl Martínez), le ganó también por decisión unánime a Gilberto Ibañez, de la Escuela dirigida por Nico Neipán, dentro del Gimnasio VIVE.

Luego llegó el turno de Axel Zuñiga, pupilo de Raúl Martínez, quien venció por puntos en fallo dividido a Neyen Sánchez, de la escuela que dirige Paula Omad.

Y tras cartón se vino lo mejor.

Joel Díaz, del gimnasio VIVE (cuya escuela de boxeo está a cargo de Nico Neipán), superó por nocaut a Román Nahuelquir de la Escuela “La Amistad” del Club Independiente Deportivo.

Díaz mostró una notable diferencia física y de potencia ante su rival tal es así que lo hizo caer dos veces en el tercer asalto.

Luego llegó el momento de Lucas Castillo ante el barilochense Santino Romero. Castillo desplegó toda su artillería y su experiencia sobre el rostro de Romero. El esquelense, a nuestro criterio ganó en cada uno de los cuatro asaltos de la pelea. Los jueces le dieron la victoria, pero de fallo dividido.

Para Castillo esta victoria fue muy festejada. Con la cantidad de peleas que tiene dentro del campo amateur, sabe que llegó el momento de meterse en el profesionalismo. No será fácil, pero el camino ya es ese.

Y llegó el día más esperado. Esta pelea debía haberse realizado el sábado 8 de julio. Y la espera para Gabriel “el Chino” Rosas se hizo larga. Claro que lo lindo se hizo esperar.

Fue su gran noche, con un lleno total. Con entradas agotadas para adoptar a un nuevo ídolo. Gabriel “el Chino” Rosas pudo superar los primeros minutos de nerviosismo para ir edificando una victoria ante Juan Carlos Hughes que para nosotros fue clara en cada uno de los cuatro asaltos, ante un rival de mucha experiencia, pero que pagó caro su inactividad.

Además para Hughes el peso de 58kg le queda grande, su idea a partir de ahora es pelear en 57kg. Sus golpes no mostraron potencia y prácticamente no lastimaron la cara de su rival.

Para “el Chino” Rosas esta victoria le significa mucho. Lo hizo ante su gente, ante su familia y amigos y, a partir de ahora, comienza un nuevo capítulo. Habrá que ver como se escribe.