El tribunal dictó sentencia en el caso de un hombre acusado de abuso sexual simple contra su prima, cuando ella tenía 13 años, con quien mantenía una relación de convivencia preexistente en la Comarca Andina. El imputado fue declarado autor penalmente responsable y condenado a tres años de prisión de cumplimiento efectivo, según lo solicitado por la Fiscalía.
Testimonio de la víctima
El fallo se apoyó principalmente en la gran credibilidad del testimonio de la víctima, quien relató los hechos con claridad, coherencia y detalle, a pesar de que su relato fue desordenado por el tiempo transcurrido. Los testimonios de su madre, su padre y su hermano reforzaron la versión de los hechos, describiendo la convivencia con el acusado y la secuencia posterior a la denuncia.
La fiscal Débora Barrionuevo había remarcado durante los alegatos que este tipo de delitos son difíciles de probar debido a la ausencia de testigos presenciales. Remarcó, además, que se trataba de un hecho de violencia de género sexual perpetrado contra una niña, situación que genera consecuencias duraderas en la víctima.
Motivos del cumplimiento efectivo
El juez explicó que la pena no se otorgó en suspenso, a diferencia de otras condenas, debido a dos factores principales:
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El acusado ya cumple una condena en otra causa por daños, lesiones, resistencia a la autoridad y tentativa de hurto, lo que evidencia reincidencia.
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La violencia sexual representó un quiebre de confianza en un entorno familiar que había acogido al hombre con el propósito de ayudarlo a superar problemas personales, eliminando así la posibilidad de un objetivo resocializador en suspenso.
El hombre, trasladado desde Trelew a El Maitén para el juicio, había intentado fugarse de la comisaría, lesionando a un policía y provocado un incendio, lo que motivó la apertura de otra investigación en su contra.
Qué significa “abuso sexual simple”
La legislación penal distingue el abuso sexual simple como aquel que implica un avance sobre el cuerpo de la niña de tinte sexual no consentido, sin penetración. En este caso, el acusado manoseó a su prima cuando ella tenía 13 años, aprovechando la situación de convivencia.
Abuso en el entorno familiar
Según especialistas, los abusadores suelen pertenecer al entorno cercano del niño o niña, como familiares, vecinos o personas de confianza. Este vínculo genera temor y ambivalencia en la víctima, quien puede sentir culpa, indefensión y miedo a las consecuencias de denunciar el abuso.
Señales de alerta
Algunos indicios de que un niño puede estar sufriendo abuso incluyen:
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Cambios bruscos de conducta
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Miedo a estar solo o a determinadas personas
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Secretismo y rechazo repentino a los padres
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Llanto frecuente o tristeza persistente
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Resistencia a desnudarse o bañarse
Ante cualquiera de estas señales, es fundamental informar a la justicia o a profesionales especializados, como el Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito, que acompaña a la víctima y a su familia durante todo el proceso.
El paso más importante es romper el silencio y proteger a la víctima, aportando la información a la justicia y activando los protocolos de abordaje especializados, garantizando su seguridad física y psicológica.
O.P.