La localidad de Tecka, en Chubut, se encuentra en el centro de la problemática generada por la plaga de la tucura sapo (Bufonacris claraziana), un insecto autóctono cuya explosión demográfica mantiene en alerta a las autoridades y productores de la región patagónica. El fenómeno, que afecta gravemente la actividad agropecuaria, ha obligado a mantener la Alerta Fitosanitaria y a intensificar las campañas de apoyo e información a los dueños de campos.
El video principal de la nota, grabado en Tecka, ilustra la gravedad de la situación en la provincia y la necesidad urgente de acción coordinada para contener el avance de la plaga.
La Persistencia del Alerta y el Impacto en la Estepa
La tucura sapo es una especie propia de la estepa patagónica, herbívora y polífaga, es decir, se alimenta de distintas especies de plantas. Aunque no representa riesgos para la salud humana ni transmite enfermedades, el insecto se ha convertido en una seria amenaza para los pastizales naturales que son el sustento de la ganadería extensiva.
Ante la escasez de alimento en la estepa por la propia competencia con el ganado, la expansión de las mangas de tucura sapo no se restringe a su hábitat natural: "No vuelan, pero se trasladan a otros lugares, como las casas de los productores". Esto genera una doble problemática al comprometer no solo los forrajes, sino también las áreas cercanas a los cascos urbanos.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) mantiene la Alerta Fitosanitaria Preventiva para las provincias de Chubut, Río Negro y Santa Cruz, una medida que se extiende hasta el 31 de marzo de 2026, buscando fortalecer la vigilancia y promover acciones de control temprano.
Estrategias de Control y Monitoreo
Para combatir esta problemática, se están llevando a cabo campañas de información y se ofrecen herramientas específicas a los productores. Los especialistas recomiendan llevar adelante un monitoreo constante para evaluar la necesidad y el momento adecuado para la aplicación de agroquímicos.
La estrategia clave es la aplicación de cebotucuricida, un atrayente que resulta letal para el insecto: "A medida que va creciendo el bicho, se recomienda tirar el cebotucuricida ya que lo va a comer". Los resultados de este método han sido positivos hasta el momento.
Se estima que la actividad y los nacimientos de la tucura sapo se extenderán hasta enero, con un pico de estallido poblacional entre noviembre y diciembre. Los picos de calor aceleran el desarrollo del insecto, por lo que es vital repetir los monitoreos cada 15 días.
El objetivo de las autoridades es evitar que haya nuevos "estallidos poblacionales" que afecten la economía de la región, protegiendo así la producción y brindando apoyo continuo a los productores para la detección temprana de focos activos.
T.B