18 de Diciembre de 2025
sociedad |

Cruzar fronteras, sembrar raíces

En el Día del Migrante, Leonardo Muñoz comparte cómo se animó a empezar de cero, llevando sus raíces en cada paso.

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En el marco de la conmemoración del Día del Migrante, la historia de Leonardo Muñoz se erige como un testimonio conmovedor sobre la búsqueda, el desarraigo y el inestimable valor del aprendizaje cultural. Originario del lago Futalaufquen, Muñoz comenzó su camino migratorio en la década del 90, con apenas 20 ó 21 años.

 


Leonardo Muñoz comenzó su camino migratorio con apenas 20 ó 21 años.

 

Su partida inicial estuvo marcada por la necesidad de búsqueda laboral, llevándolo a recorrer diversas regiones de Argentina. Vivió en Bariloche, San Martín, Lanín, e incluso en Iguazú, trabajando muchos años en parques nacionales. Sin embargo, la vida lo conduciría a tomar una de las decisiones más significativas: emigrar a Estados Unidos, a Montana, cerca del límite con Canadá. Este cambio de país fue motivado por “cuestiones de vida” y la elección de pareja, enfrentando la “decisión bastante dura” de elegir entre vivir en Argentina o en el extranjero.

 

El salto cultural y la fría adaptación

 

Concentrándose en su experiencia de quince años viviendo en el extranjero, Muñoz describe este período como un “cambio cultural enorme”. Lo más difícil fue, sin duda, la adaptación a un país y, en particular, a un estado tan tradicional como Montana. Describiendo la cultura estadounidense en esa zona como “más para adentro, más fría”, y altamente estructurada, el choque cultural fue significativo para alguien proveniente de la idiosincrasia argentina. Al llegar, confiesa haber sentido bastante temor por el contexto de ser un forastero.

 


Muñoz describe a la cultura estadounidense como “más fría” y estructurada.

 

Pese a las dificultades, la experiencia se convirtió en una fuente inagotable de crecimiento. Muñoz destaca que, si bien las culturas, costumbres y el idioma cambian, “la gente es la misma en todo el mundo”. Lo más valioso que rescata son justamente las relaciones humanas que logró construir, encontrando “gente de muy buen corazón”.

 

El paso por Montana lo transformó, obligándolo a aprender a adaptarse y a relacionarse de otras formas. De esta vivencia surge un legado incalculable: se volvió más reflexivo, más observador y más cauto. Esta cualidad de ser más observador y de tratar de escuchar a las personas es, según sus palabras, “algo muy valioso para cualquier emigrante” y lo acompaña hasta el día de hoy.

 

El regreso a la Patagonia

 

Muñoz, quien en Argentina se desempeñó como guardaparque en el campo por muchos años, experimentó recientemente la emoción de volver a su origen, viviendo actualmente en Esquel. Este retorno fue “un poco extraña”, pero también profundamente emotivo. Confiesa haber extrañado muchísimo los paisajes, la vivencia patagónica e incluso el viento.

 

El reencuentro más allá de lo económico fue “muy lindo y muy emotivo”, enfocado en el lugar mismo, la idiosincrasia de la gente y la esencia de Esquel, que sigue siendo una ciudad patagónica.

 

Un mensaje vital: origen y progreso

 

Con la sabiduría de quien ha vivido la migración en primera persona, Leonardo Muñoz envía un mensaje interesante a quienes planean dar ese paso: “no olvidarse nunca de sus orígenes”.

 


Muñoz aconseja a quienes planean migrar: “no olvidarse nunca de sus orígenes”.

 

No obstante, subraya que la clave del éxito y el progreso radica en “poner un granito de arena para adaptarse al lugar que les toca vivir”. Relata que, durante su estancia en Estados Unidos, observó comunidades latinas que se aislaban, “quedaban como estancados en el tema comunicativo con el resto de la comunidad”. Su consejo es claro: es imperativo llevar “en su corazón la tierra”, pero “también adaptarse, pues es la adaptación lo que permite progresar en todos sentidos”.

 

El testimonio de Muñoz resalta que la experiencia migratoria, aunque difícil, es una escuela de vida que moldea el carácter, transformando el temor inicial en una valiosa cautela y observación.

 

Lic. Maira Flores.

 

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