La comunidad de Esquel se encuentra conmovida tras conocerse la noticia de la partida de Zenobia, una mujer cuya historia de vida se convirtió en un emblema de lucha contra la indiferencia social y en un testimonio de la potencia de la solidaridad vecinal. Su fallecimiento deja un vacío profundo, pero también un recordatorio del impacto que el amor y la compañía pueden tener en los últimos días de una persona.
Zenobia no fue una vecina más. Su historia tomó estado público años atrás, cuando se visibilizaron las extremas condiciones de vulnerabilidad en las que vivía, llegando incluso a pernoctar en un vehículo abandonado. Aquella realidad, que marcaba la historia de una mujer frente al abandono, despertó un movimiento solidario sin precedentes en la ciudad, donde los vecinos se organizaron para brindarle la dignidad que se le había negado durante décadas.
Un mensaje cargado de emoción
En el marco de su despedida, se difundieron palabras que reflejan el sentir de quienes estuvieron a su lado en este último tramo del camino:
"Hoy nos toca despedir con mucha tristeza a nuestra querida vecina Zenobia. A pesar de haber caminado una vida marcada por el maltrato, el abandono y la incomprensión de una sociedad a veces indiferente, Zenobia se fue habiendo conocido el amor verdadero. Ese amor llegó de la mano de los vecinos, en aquel abrazo inolvidable que nos regaló cuando cumplió el sueño de tener su cocinita. En ese gesto, que valió oro, descubrimos que su corazón era mucho más grande que el egoísmo que la rodeaba".
El sueño de la "cocinita" y el valor del acompañamiento
Uno de los momentos más recordados por la comunidad fue el día en que Zenobia pudo cumplir el sueño de tener su propia cocina. Ese evento no solo representó una mejora material en su calidad de vida, sino que fue el símbolo de su integración y reconocimiento como ciudadana y vecina querida. El abrazo que Zenobia brindó en aquella oportunidad quedó guardado en la memoria colectiva como la prueba de que el afecto puede sanar incluso las heridas más antiguas.
El mensaje de despedida también destaca la importancia del cuidado humano y la red de contención que se formó a su alrededor:
"Gracias a cada persona que ayudó a que sus últimos días fueran un poquito más felices. Un agradecimiento especial a Etelvina Lara, por su compañía incondicional hasta el final, y a Romina Carranza por su apoyo constante. QEPD Zenobia. Tu última sonrisa es nuestro mayor tesoro".
Una historia que marca la historia
La trayectoria de Zenobia en Esquel queda como un hito de resiliencia. Como bien señalaron los registros periodísticos que siguieron su caso, ella fue una mujer que marcó historia en la ciudad, obligando a muchos a reflexionar sobre la invisibilidad de ciertos sectores sociales y la importancia de no mirar hacia otro lado.
Hoy, Esquel despide a una de sus vecinas más resilientes. Zenobia se fue en paz, habiendo transformado el dolor del pasado en la gratitud de un presente donde el amor vecinal fue, finalmente, el protagonista.
Fuente: Franco Peláez vía Facebook