Las celebraciones por la llegada del Año Nuevo se iniciaron este miércoles en el remoto atolón de Kiritimati, en Kiribati, que se convirtió en el primer lugar del mundo en recibir el 2026 a las 10:00 GMT. A partir de allí, los festejos comenzaron a desplazarse hacia el oeste, acompañando el cambio de husos horarios.
En Sídney, considerada la "capital mundial del Año Nuevo", cientos de miles de personas se reunieron en torno al puerto para presenciar el tradicional espectáculo de fuegos artificiales. El show incluyó el lanzamiento de unas nueve toneladas de pirotecnia que iluminaron el Puente del Puerto y la Ópera de Sídney.
No obstante, el festejo estuvo atravesado por el recuerdo de un reciente episodio que marcará la historia del país: a dos semanas de un ataque armado en Bondi Beach, se realizó un minuto de silencio y el puente se iluminó de blanco como símbolo de paz. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, señaló que la alegría del comienzo de año estuvo acompañada por el recuerdo de las víctimas.
Los festejos continuaron en distintas partes del mundo. En Brasil, se espera la participación de más de dos millones de personas en la playa de Copacabana, donde se desarrollará una de las celebraciones de Año Nuevo más convocantes del planeta. En contraste, Hong Kong decidió suspender su habitual espectáculo de fuegos artificiales en Victoria Harbour para rendir homenaje a las víctimas de un incendio ocurrido en noviembre.
De este modo, la llegada del 2026 se vive con celebraciones multitudinarias, pero también con gestos de memoria y reflexión en distintas ciudades, en una secuencia global que avanza desde el Pacífico hacia Asia, Europa y, finalmente, las Américas.
R.G.