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08 de Diciembre de 2025
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El Padre de los humildes

El Padre Parolini, una figura que dejó en Esquel una huella de fe, servicio y amor a la Virgen.

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En la jornada que conmemora la Inmaculada Concepción de la Virgen, recordamos al Padre José Parolini, el “misionero andariego” que no solo evangelizó la Patagonia, sino que levantó barrios y defendió a los más desprotegidos, dejando un legado indeleble de devoción Católica en la cordillera.

 

El Padre José Parolini era conocido como el “misionero andariego”, aquí se encontraba con cuatro niños del Lago Futalaufquen.

 

 

Hoy, 8 de diciembre, mientras la Iglesia Católica celebra el dogma de la Inmaculada Concepción de María, rendimos homenaje a aquellos misioneros salesianos cuya fe en la Virgen fue el motor de su obra evangelizadora en la inhóspita Patagonia. Entre ellos, destaca la figura del Padre José Parolini, conocido como el cura “che- Ceferino” debido a la gran devoción que sentía por Ceferino Namuncurá, a quien consideraba su “hermano”.

 

El Padre Parolini fue un “misionero andariego y directo en su propuesta de fe” que recorrió todo el interior de la región, incluso “¡a dedo!”. Su presencia fue clave para la construcción de la identidad religiosa de la Patagonia.

 

El misionero salesiano clave en la región, dedicó su vida a la evangelización en la Patagonia. Pasó sus últimos años en el Santuario María Auxiliadora, consolidando su legado como un “faro” para la fe en la región, y parte integral de la historia salesiana que comenzó en 1879 para atender y cristianizar a los pueblos originarios.

 

 

Esquel: refugio y obra de caridad

 

El trabajo de Parolini en Esquel se centró en la caridad y el ordenamiento social. A principios del siglo XX, muchos pobladores eran obligados a abandonar el interior debido a las “malas cosechas, los engaños de los bolicheros” o las enfermedades. El sacerdote se dedicó a ubicar a estas personas en la ciudad, en un asentamiento que, si bien era “mal tolerada por los comerciantes”, resultó ser un refugio cómodo para los recién llegados.

 

Esta labor de acogida y fundación quedó grabada en el paisaje urbano de Esquel, ligada directamente a su espiritualidad mariana y salesiana:

 

• Barrio Ceferino y la Gruta a la Virgen: Parolini “autorizó”, e incluso bendijo, la construcción de una Gruta a la Virgen en el asentamiento que hoy conocemos como el Barrio Ceferino. Esta acción simboliza la importancia de la devoción mariana como protección y guía para los desvalidos. Desde hace muchos años, cada 8 de diciembre se realizan peregrinaciones hasta la Gruta de la Virgen, en el barrio Ceferino, donde se celebra la Misa por el Día de la Inmaculada Concepción.

 

Parolini “autorizó”, e incluso bendijo, la construcción de una Gruta a la Virgen en el Barrio Ceferino.

 

 

 

El Defensor de los humildes

 

La misión de Parolini no se limitó a la prédica y la construcción; fue un ardiente defensor de la justicia social. Sus sermones eran considerados un “peligro” en el interior, pues no tenía “ni un pelo en la lengua” para denunciar las injusticias. Sus improvisadas apariciones en las fiestas patrias generaban “temor” en los fieles.

 

Su compromiso con los pobres se manifestaba en su generosidad cotidiana: sus hondos bolsillos, tanto en la sotana como en el guardapolvo, eran depósitos de comida -empanadas, facturas, trozos de asado- y caramelos que repartía a los vecinos.

 

 

Fuentes:

 

  • Fragmento del libro "Esquel - 100 años / Crónicas del primer centenario". Pág. 94.

 

Lic. Maira Flores

 

 

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