En una ciudad donde el frío no siempre es la única incómoda constante, Franco Alonzo, un joven oriundo de Ushuaia, decidió hacer pública una situación particular y angustiante que vive desde hace más de dos años: un acoso constante y particular por parte de mujeres, en su mayoría mayores de 40 años, quienes lo hostigan debido a su apariencia física.
La peculiaridad del caso no solo radica en la naturaleza del acoso —menos común que los habituales relatos multiplicados en otros contextos sociales— sino también en el impacto profundo que esta situación provocó en la vida diaria de Alonzo, quien tuvo que modificar completamente sus rutinas y hábitos para tratar de preservar su privacidad y tranquilidad.
Franco describió en detalle cómo se manifiesta este acoso que no cesa. Según relató en un diálogo con el programa radial Ensobrados en Splendid AM 990, desde que sale por la mañana a trabajar, debe hacerlo con capucha para evitar ser fácilmente reconocido o abordado.
“Cuando salgo a trabajar a la mañana tengo que hacerlo con capucha porque las mujeres me gritan y me dicen cosas como ‘lindo’, ‘si estoy soltero’”, comentó, evidenciando el desconcierto y la incomodidad que estas situaciones le provocan de forma cotidiana.
Pero el acoso no se limita al espacio público. De hecho, el hostigamiento se extiende también hacia las redes sociales, donde los mensajes y comentarios de mujeres desconocidas parecen no tener tregua. “Me contestan los estados, me contestan en Instagram; subo cualquier foto mía y ya me preguntan dónde estoy”, manifestó con una mezcla de molestia y resignación.
Lo que dio mayor notoriedad y gravedad a este caso es que algunas de estas mujeres no solo se limitan a enviar mensajes o piropos, sino que incluso han llegado a hacer ofertas económicas a Franco a cambio de encuentros sexuales. “Me han ofrecido hasta $300.000 para tener relaciones”, reveló en la entrevista, algo que lo tomó por sorpresa y que considera fuera de lugar.
A pesar de estas propuestas, el joven dejó claro cuál es su postura personal respecto a estos temas: “Para mí un coito tiene que tener un sentimiento de por medio”, afirmó con convicciones que denotan su respeto por sí mismo y por sus relaciones personales.
Actualmente, Alonzo dijo que está saliendo con una mujer de 47 años, lo que arroja luz sobre un punto importante: no es la edad ni el contexto quienes justifican este acoso, sino el desconocimiento del respeto por los límites personales y la invasión a su privacidad.
Aunque la situación es seria para él, el hombre oriundo de Ushuaia intentó ponerle un poco de humor durante la charla radial para aliviar la tensión del relato: “Lo del acoso es un 60% verdad, el resto es un poco de humor para generar risas”, indicó. Sin embargo, en la misma frase quedó claro que no todo es divertido, sino que en el fondo lo que sufre le genera incomodidad y vergüenza. “Me da un poco de vergüenza que me tiren onda”, confesó sinceramente.