El mundo del cine despide hoy a una de sus figuras más emblemáticas: Robert Redford, actor, director y productor estadounidense, falleció este martes en su residencia del estado de Utah a los 89 años. Reconocido por su carisma, talento y compromiso con el cine independiente, Redford deja una huella imborrable en la historia del séptimo arte.
Un legado actoral que marcó generaciones
A lo largo de más de seis décadas de carrera, Robert Redford protagonizó una larga lista de películas que se convirtieron en clásicos del cine. Entre ellas, destacan:
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Dos hombres y un destino (1969), junto a Paul Newman, por la que recibió el BAFTA al mejor actor.
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El golpe (1973), otro éxito junto a Newman que ganó 7 premios Óscar.
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Memorias de África (1985), donde compartió pantalla con Meryl Streep, en una historia que enamoró al mundo.
Su estilo elegante, su mirada penetrante y su capacidad de transmitir profundidad emocional lo convirtieron en uno de los actores más admirados de su generación.
Director consagrado: Óscar por Gente corriente
Redford también brilló como director. En 1981, con su ópera prima detrás de cámara, Gente corriente, obtuvo dos premios de la Academia: Mejor Director y Mejor Película. La obra, un drama íntimo y poderoso, marcó el inicio de una carrera de dirección centrada en relatos humanos, sensibles y comprometidos.
En 2002, recibió un Óscar honorífico por su trayectoria y por “su inspiración a los cineastas de todo el mundo”, como destacó la Academia de Hollywood al entregarle el galardón.
El impulso al cine independiente: nace Sundance
Además de su carrera artística, Redford fue un defensor incansable del cine independiente. En 1981 fundó el Sundance Institute, del cual nació el Festival de Cine de Sundance, considerado hoy el más importante del mundo dentro del circuito independiente.
Gracias a Sundance, talentos emergentes como Quentin Tarantino, Steven Soderbergh y Damien Chazelle tuvieron la oportunidad de mostrar sus primeras obras y dar el salto al cine internacional.
O.P